jueves, mayo 2

La Provincia espera que se aceleren los consensos en el Poder Legislativo. Renunció Genoud y la Corte bonaerense tendrá tres miembros

Desde el Ejecutivo bonaerense entienden que “no se puede funcionar así”, cuando deberían ser siete los jueces del Máximo Tribunal. Expectativas por destrabar los acuerdos para también avanzar con las más de 700 vacantes en la Justicia bonaerense. 

El juez Luis Genoud renunció como ministro de la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires. De esta manera, el máximo tribunal bonaerense quedará integrado por sólo tres miembros. Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos que conduce Juan Martín Mena le aseguraron a Buenos Aires/12 que “esta situación acelera la intensidad para encontrar los acuerdos políticos para sanear estas vacancias”. 

Más allá de que no hay plazos legales para definir un reemplazo para Genoud, en el gobierno de Axel Kicillof coinciden en que “no se puede funcionar así”. Con más del 30 por ciento de los cargos judiciales vacantes y con, ahora, sólo tres de los siete miembros de la Corte en funciones, el engranaje burocrático se puede desacelerar aún más.

Desde la cartera judicial explicaron a este medio que Mena está abocado desde el minuto uno de su arribo al cargo el 10 de diciembre del año pasado a encontrar los acuerdos y consensos para subsanar las vacancias que hoy ascienden a más de 700 cargos en la Justicia bonaerense y continuar la labor que la provincia viene desarrollando en la materia.

“Está trabajando de manera transversal, pero no él solo, para articular y alcanzar, entre otras cosas, los dos tercios en la Legislatura para avanzar con los pliegos judiciales pendientes”, señalaron.

“Hay fluidez en el diálogo con la oposición”, indicaron. Esta condición se suma a otra que parte de un análisis que prima sobre la Corte bonaerense: no es lo mismo que la Corte de la Nación.

Cerca de Mena, que viene de ser viceministro de Justicia de la Nación, advierten que el Máximo Tribunal de la Provincia es “institucionalista y con diálogo” y “no está viciado como Comodoro Py”.

Con una provincia que aglutina el 40 por ciento de la población del país y, por ende, el mismo porcentaje de burocracia judicial, en la Ejecutivo provincial esperan que “la política acelere su definición”, ya que los pliegos deben ser aprobados en la Cámara de Senadores de la provincia.

Allí, a diferencia de los últimos dos años donde existió una paridad histórica de 23 bancas para el oficialismo y 23 para la oposición que trabó seriamente el funcionamiento legislativo, el 2024 mostró otra dinámica con un recinto mucho más fragmentado.

En el Ejecutivo bonaerense sostienen que “es un objetivo” lograr nombrar al reemplazante de Genoud, quien estuvo en la Corte por más de dos décadas. También poder avanzar con las vacancias de tantos jueces, y el aire que se respira durante las negociaciones al no tener que transitar un año electoral tiende a ser mucho más fresco.

La salida de Genoud y lo que viene

Genuod anunció su salida de la Corte para iniciar sus trámites jubilatorios. Con más de 70 años y “problemas de salud”, quien fuera presidente de la Suprema Corte en tres ocasiones decidió dar un paso al costado.

De esta manera, su partida como miembro del tribunal sería el 1 de junio de este año. A partir de entonces, sólo estará integrado por su presidente, Sergio Gabriel Torres; su vicepresidente, Daniel Fernando Soria; y la ministra Hilda Kogan.

Durante la gestión de Kicillof, la Corte sufrió otras tres pérdidas. En enero de 2020, falleció Héctor Negri. Poco más de un año después, en febrero de 2021, renunció Eduardo de Lazzari para jubilarse, y al poco tiempo falleció a causa del coronavirus. En agosto del mismo año fue Eduardo Pettigani quien resolvió comenzar sus trámites de jubilación y dejó al Máximo Tribunal con cuatro integrantes.

La última incorporación al Máximo Tribunal se dio en 2019 con la designación de Torres, impulsado por la ex gobernadora María Eugenia Vidal. El actual ministro fue votado por unanimidad para un cargo que es vitalicio. Un dato no menor la hora de arribar a los consensos. Antes de llegar a la Suprema Corte fue juez federal en Comodoro Py. Su última tarea fue la pesquisa en una de las causas originadas en los crímenes de la Escuela de Mécánica de la Armada. Junto con Cecilia Brizzio escribió un libro, “Esma: la investigación judicial”, que fue presentado en en lo que había sido el Salón Dorado del Casino de Oficiales, donde se planificaban los operativos del campo de concentración en la dictadura.

En lo que respecta a su funcionamiento, La Ley N° 5827 establece que la Corte bonaerense está integrada por siete miembros, pero que los fallos deben contar con la firma de, al menos, cuatro de ellos. Por ende, la normativa determina que, ante esta situación, una vacante se resuelva con la integración estable y no eventual de la Presidencia del Tribunal de Casación Penal, hoy a cargo de Florencia Budiño. Esto será así hasta la próxima designación de uno o más miembros.

¿Quién era Genoud?

Genuod arribó a la Corte en 2002. Nacido y aún vecino de Florencio Varela, representó a su sección como diputado provincial entre 1983 y 1994. En ese último año fue designado como congresal constituyente en la Reforma de la Constitución impulsada por el ex presidente Carlos Menem.

En 1995 continuó su carrera como legislador, pero esta vez como senador provincial por la tercera sección. Gran parte de ese mandato y en el que renovó en 1999, presidió el bloque justicialista en el Senado. Desde su banca, fue miembro suplente del Consejo de la Magistratura.

Para 2002, bajo la presidencia de Eduardo Duhalde y con Felipe Solá al frente de la Gobernación tras la partida de Carlos Ruckauf, ocupó el cargo de ministro de Justicia y Seguridad de la provincia. Durante su gestión se dieron los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán por parte de la Policía bonaerense en un fuerte operativo de represión en el Puente Pueyrredón de Avellaneda. 

Inicialmente Genoud había creído en la historia inventada por el comisario Alfredo Franchiotti, responsable del operativo, según la cual ese oficial no había tenido ninguna responsabilidad en los asesinatos y, por el contrario, había sido una víctima. Cuando al principio de la investigación quedó despejado el camino para llegar a la culpabilidad de Fanchiotti, Genoud ofreció su renuncia. “Me siento vejado porque fui víctima de un fabulador, un loco, un cínico”, dijo Genoud entonces a La Nación. 

Fanchiotti terminó condenado a cadena perpetua, lo mismo que el cabo Alejandro Acosta.

Las sospechas por el operativo que terminó en el asesinato de los dirigentes sociales se dirigieron en ese entonces al jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado, Carlos Soria. Pero nunca llegó a ser juzgado, y acabaría muerto por un disparo de su esposa.