lunes, diciembre 9

Tras la victoria de Trump y la mejora del riesgo país, qué le faltaría al Gobierno para volver a emitir deuda en el exterior

El riesgo país perforó los 900 puntos y ese número se acerca al nivel que, estima el mercado, es posible financiarse en el mercado internacional. Pero también pesan la persistencia del cepo, la falta de reservas y el déficit externo

El cambio de signo político en la Casa Blanca desde el próximo 20 de enero podría implicar un giro en la dirección de la política económica de los Estados Unidos y eso impactará, de maneras que todavía son discutidas en el mercado, en la hoja de ruta del plan económico del Gobierno argentino. Una de las preguntas centrales es si se allana el terreno para un retorno a los mercados internacionales de deuda.

Es una posibilidad que desde el equipo económico marcaron como uno de los objetivos a lograr en algún momento de 2025. El ministro de Economía, Luis Caputo, llegó a arriesgar en una entrevista con el diario inglés Financial Times que esa podría ser la vía para refinanciar los vencimientos de bonos en moneda extranjera de julio.

La baja del riesgo país por debajo de los 900 puntos este miércoles, tras la victoria de Donald Trump en las elecciones, acerca ese número a la zona en que el mercado cree que tendría sentido financiero salir a emitir deuda en el mercado internacional, una puerta que se le cerró a la Argentina en el inicio de la crisis financiera durante el gobierno de Cambiemos, en abril de 2018.

El nivel de riesgo país no sería la única condición que debería atender el Poder Ejecutivo para activar un retorno al mercado internacional, según un informe reciente de la consultora Analytica que pasó en limpio qué condiciones juegan hoy a favor o en contra del Gobierno para dar ese paso. Una diferencia con la última “ventana” de salida al mercado -entre 2016 y 2018- es la existencia de fuertes controles cambiarios.

El nivel de riesgo país no sería la única condición que debería atender el Poder Ejecutivo para activar un retorno al mercado internacional. También impactan la cantidad de reservas, el plano fiscal y el contexto internacional

El análisis de la consultora que dirige Ricardo Delgado mencionó que, a favor del Gobierno, el plan económico “tiene mejores resultados fiscales y también de cuenta corriente, esto último con tendencia a revertirse”. Puesto en números: en 2016, cuando retornó la Argentina al mercado externo, el déficit de cuenta corriente mensual era de USD 2.886 millones, en 2017 de USD 1.465 millones y en 2018 por USD 2.110 millones. Este año ese número es menor, de USD 1.215 millones. Sobre este punto, Analytica lo resumió como una luz amarilla en un semáforo imaginario sobre la vuelta al mercado internacional de deuda.

En este sentido, la particularidad argentina siguen siendo los controles cambiarios. “Dado que el país se encuentra bajo un régimen de tipo de cambio administrado con cepo, es probable que el peso argentino no se deprecie, a contramano del resto de las monedas del mundo y la región. Es decir, las chances de que la apreciación real del peso se profundice son altas”.

Por último, PPI se planteó como pregunta cuáles son los riesgos de un peso más apreciado. “La cuenta corriente podría profundizar su déficit (tanto por bienes como por servicios), por lo que para el esquema ‘cierre’ sin desacumulación de reservas sería necesario un superávit de cuenta financiera mayor” y para eso, ven que más allá de los dólares del blanqueo “difícilmente se extienda en el tiempo el superávit financiero si los controles de capitales y cambiarios no se desmantelan”. Queda, como bala de plata, algún acuerdo financiero rápido con el FMI.